Con más de 1300 diseños y una pasión por contar historias a través de imágenes, Alecse ha viajado por el mundo en busca de escenas que conmueven el alma. Entre sus creaciones globales, algunos destinos ocupan un lugar especial en su corazón. Aquí están seis de los lugares más originales, personales y visualmente impactantes que ha elegido inmortalizar en su característico estilo de póster de viaje vintage.
1. Okanda – Donde se encuentran la jungla, la roca y el océano (Sri Lanka)
Okanda se encuentra en la remota costa este de Sri Lanka, enclavada entre el antiguo santuario Kudumbigala y el borde exterior del Parque Nacional Kumana. Siendo un sitio de peregrinación durante siglos, este paisaje agreste tiene una profunda resonancia espiritual para muchos habitantes de Sri Lanka. Alecse pasó años viviendo no muy lejos de aquí, en Arugam Bay, y a menudo se aventuraba hacia el interior para explorar los templos sagrados, los corredores de vida silvestre y las dramáticas formaciones rocosas que dominan el Océano Índico. Uno de los puntos de vista más impresionantes es desde la cima de la estupa principal de Kudumbigala — un lugar donde la naturaleza y la espiritualidad parecen fusionarse en un solo horizonte.

El póster Wave Hunter rinde homenaje a este entorno único. Captura la tensión dinámica entre tierra y mar, piedra y espuma, con una rica paleta de rojos minerales, verdes aqua y blancos brumosos. El surfista en la imagen — una figura diminuta empequeñecida por la naturaleza — es el propio Alecse, extraído de un video con dron tomado durante una de sus sesiones en la zona. No es solo una escena de surf; es un recuerdo personal, una oda a la energía cruda y poética de la costa este. La tipografía retro estilo “Endless Summer” ancla la pieza en un paisaje onírico atemporal, mientras que el ambiente general evoca aventura, reverencia y el poder silencioso de los lugares salvajes.
2. Mérida – Hacienda Santa Cruz y el alma del Yucatán (México)
Alecse descubrió México por primera vez en los años 70, viajando con su padre por regiones impregnadas de historia — desde las pirámides de Teotihuacán hasta las vibrantes calles de Cuernavaca y las doradas costas de Acapulco. Esos primeros recuerdos sembraron las semillas de una fascinación de por vida. Años después, fue el Yucatán el que capturó su imaginación artística. Desde Isla Mujeres hasta Puerto Morelos, de Tulum a Mérida, esta península ofrecía un México más tropical, onírico — más lento, suave y lleno de herencia maya y colonial. Aunque no ha regresado tan a menudo como le hubiera gustado, Mérida y sus haciendas circundantes dejaron una impresión duradera. Una finca en particular, Hacienda Santa Cruz, se convirtió en un ancla visual en su memoria — y eventualmente, en un póster.
El póster de viaje vintage de la Hacienda Santa Cruz captura este estado de ánimo único. Un largo camino bañado por el sol, flanqueado por palmas reales, conduce hacia un arco de terracota rodeado de jardines floridos. La composición evoca el ritmo lento de la vida en la hacienda — pacífica, grandiosa y anclada en una belleza atemporal. La característica firma de Alecse con renderizado de semitonos añade textura, mientras que los ocres cálidos y rosas polvorientos suavizan la escena con un encanto nostálgico. El sutil juego de luces y sombras da la impresión de un recuerdo traído de una siesta soleada.

Dato curioso: La Hacienda Santa Cruz fue originalmente construida como un monasterio franciscano antes de convertirse en una plantación en funcionamiento. Hoy en día, es tanto un hotel boutique como un testimonio vivo de la historia estratificada de la región. El póster de Alecse no solo representa un edificio — refleja un estilo de vida y un paisaje de ensueño, donde el tiempo se alarga y cada rincón cuenta su propia historia. Es un pedazo de México que invita a los espectadores a pausar, respirar y dejarse llevar.
Ya sea que hayas recorrido sus pasillos bordeados de buganvillas o simplemente sueñes con las cálidas tardes del Yucatán, esta lámina de pared de México es la ventana perfecta a un mundo donde la herencia colonial se encuentra con la imaginación artística.
3. Oualidia – La laguna marroquí auténtica (Marruecos)
Hay lugares que resuenan no solo por su belleza, sino por el sentimiento que despiertan — y Oualidia es uno de ellos. Ubicado entre El Jadida y Safi en la costa atlántica de Marruecos, este pacífico pueblo se extiende a lo largo de una laguna protegida, resguardada del océano por una media luna de arena y acantilados rocosos. Alecse visitó Oualidia dos veces — con treinta años de diferencia — y quedó impresionado por la gracia con la que había evolucionado. Aunque el pueblo ha crecido, nunca ha perdido su esencia. Aún conserva la misma magia tranquila: un ritmo atemporal, un corazón auténtico y una elegancia sutil que resiste el ritmo acelerado del turismo moderno.
Una de las características más cinematográficas de Oualidia es el antiguo palacio real que domina la laguna. Construido a mediados del siglo XX como un retiro junto al mar para el sultán Mohammed V, el palacio fue en su momento un símbolo de refinamiento y aislamiento. Pero cuando Alecse lo visitó por primera vez en los años 90, estaba parcialmente cubierto de vegetación y aparentemente olvidado — rodeado de silencio, higueras y aves marinas. Sus columnatas arqueadas y patios con azulejos, aunque desgastados, aún conservaban el peso de la grandeza. Ese contraste — entre la realeza desvanecida y la naturaleza intacta — dejó una impresión duradera, como tropezar con una escena de un Casablanca marroquí.

Alecse siempre ha apreciado Marruecos: su cultura, su arte, su gente increíblemente acogedora y, por supuesto, su gastronomía — rica en sabor y llena de alma. Y como bono, sí, aquí se puede surfear. No en la laguna, sino justo más allá, en el lado del océano, donde el agua es más fresca y la costa más escarpada. Allí, las olas rompen a lo largo de una playa salvaje enmarcada por pequeños acantilados ocres donde las cabras pastan libremente. Es el tipo de lugar donde puedes surfear por la mañana, comer sardinas a la parrilla al mediodía y ver flamencos bailar en las aguas poco profundas al atardecer.
El póster de viajes vintage de Oualidia captura la tranquila extensión de la laguna desde arriba. Pasteles terrosos se mezclan con aguas aguamarina, y el palacio se sitúa sutilmente a lo lejos — más sugerencia que pieza central. Con texturas de semitonos y el suave estilo digital de acuarela de Alecse, la obra evoca un sueño marroquí tranquilo, suspendido en el tiempo. Más que una lámina de pared de Marruecos, es un tributo a un destino que ha permanecido bellamente, desafiante a sí mismo.
4. Arambol – Sweet Lake, el santuario de Goa que aún se siente como un secreto
Hay lugares que evolucionan, se expanden, cambian — y sin embargo, una pequeña parte de ellos permanece milagrosamente intacta. Alecse descubrió Arambol hace más de dos décadas, cuando aún era un tranquilo pueblo descalzo en el extremo norte de Goa. En aquel entonces, las noches se iluminaban con velas y el día transcurría al ritmo de las olas, no del pitido de un smartphone. Volvió muchas veces, la más reciente en noviembre, y fue testigo de cuánto ha crecido la ciudad — más concurrida, ruidosa, más conectada. Pero de alguna manera, Sweet Lake, justo detrás de la playa principal, ha mantenido su magia atemporal.
Escondido entre acantilados rojos y senderos selváticos, Sweet Lake todavía solo es accesible a pie por la playa — aunque el camino ha sido mejorado, mantiene a raya a las multitudes casuales. A pesar de que ahora la cámara, la música, los libros y los recuerdos de uno viven todos en un solo teléfono con conexión de datos, el lugar conserva una sensación de quietud desconectada. Alecse recuerda las primeras tardes junto al agua con su esposa, leyendo a la luz de las velas mientras las ranas croaban en los arbustos y los murciélagos revoloteaban arriba. Esa quietud, esa simplicidad — permanece aquí.

El póster de viajes vintage de Sweet Lake Goa refleja este delicado equilibrio. Representado en tonos tropicales cálidos y texturas suaves, muestra una extensión de agua quieta abrazada por palmeras y chozas de bambú, con botes arrastrados a la orilla como animales descansando. El acabado de semitonos y el suave desenfoque le dan a la pieza una calidad nostálgica y onírica — como un recuerdo capturado en Kodachrome desvanecido por el sol. Es una meditación visual, tanto arraigada en el tiempo como suspendida fuera de él.
Dato curioso: A poca distancia al norte de Arambol se encuentra Fort Tiracol, uno de los lugares favoritos de Alecse en todo Goa. Situado en un acantilado en la desembocadura del río Terekhol, ofrece vistas panorámicas del mar y el horizonte — e inspiró uno de sus pósters más queridos, una celebración audaz pero pacífica de la historia costera de la India.

Esta lámina de Goa es más que decoración — es una puerta a una forma de ser más lenta, un bolsillo de calma donde el tiempo, por una vez, no corre.
5. Hampi – Las ruinas sagradas del sur de la India
Algunos lugares se sienten como sueños esculpidos en piedra — vastos, surrealistas y de alguna manera fuera de los límites del tiempo. Así fue como Alecse experimentó Hampi, un sitio Patrimonio Mundial de la UNESCO ubicado en el árido interior de Karnataka, visitado durante su luna de miel por el sur de la India. Antiguamente la brillante capital del Imperio Vijayanagara, Hampi es el resultado de siglos de dinastías construyendo, destruyendo y reconstruyendo palacios, templos, mercados y fortalezas a lo largo de las llanuras llenas de rocas del río Tungabhadra. A menudo llamado el Angkor Wat del Sur de la India, es tanto un centro espiritual como una maravilla arqueológica al aire libre.
La magnitud de Hampi es asombrosa — no solo en tamaño, sino en peso emocional y simbólico. Alecse estuvo allí durante Holi, el Festival de los Colores, añadiendo otra capa de maravilla. Mientras las multitudes bailaban y reían bajo antiguos arcos, las piedras mismas parecían brillar bajo los vibrantes polvos. Pero lo que realmente lo marcó fue la luz: cómo el cielo podía cambiar en menos de una hora de un azul cristalino a un gris antracita amenazante, proyectando rayos dorados que iluminaban la tierra ocre y hacían que las palmeras y las piedras del templo latieran con color y calidez. Era un lugar de contrastes: sagrado y festivo, eterno y efímero, abrumador pero profundamente pacífico.

El póster de viajes de Hampi captura una de las perspectivas más queridas de Alecse — la vista desde el Templo Yantrodharaka Hanuman, situado a lo alto del río. Desde este silencioso mirador, el valle se abre ampliamente, revelando santuarios dispersos, tanques escalonados y piedras colosales. Representado en óxidos cálidos y verdes desvaídos, el póster utiliza la textura de semitonos característica de Alecse y la superposición inspirada en acuarela para transmitir no solo la topografía, sino la sensación de asombro. No es una imagen documental — es una impresión espiritual, un recuerdo moldeado por la luz y la emoción.
Dato curioso: Las ruinas de Hampi abarcan más de 25 kilómetros cuadrados e incluyen restos desde tan temprano como el siglo I, aunque su edad dorada bajo los reyes Vijayanagara en los siglos XIV a XVI le dio gran parte de su grandeza. La leyenda dice que sus rocas fueron lanzadas durante batallas míticas entre dioses — y al recorrer su paisaje, puede que te resulte fácil creerlo.
Esta lámina de pared de India es más que un tributo a las ruinas antiguas. Es una meditación visual sobre la impermanencia, la reverencia y el diálogo silencioso entre el tiempo y la piedra.
Dato curioso adicional: En los años 80, se filmó una película sobre el dios mono Hanuman en Hampi. Para dar autenticidad a las escenas, el equipo de producción liberó docenas de monos alrededor de los complejos de templos — pero nunca fueron recapturados. Hasta hoy, sus descendientes aún deambulan libremente entre las ruinas, haciendo que el mito se sienta inusualmente real. Es como si el propio Hanuman hubiera dejado una firma viva en el paisaje.
6. Kuata – Un sueño en la lista de deseos en el corazón de Fiji
Algunos pósters comienzan no con un recuerdo, sino con un anhelo — y Kuata, en las Islas Yasawa de Fiji, es exactamente eso. A diferencia de los otros destinos en esta selección, Alecse nunca ha puesto un pie en esta isla. La inspiración vino de una fotografía tomada por su hermano François, capturando un momento de perfección tranquila: un bote tradicional fijiano flotando en aguas cristalinas, anclado justo frente a la costa mientras acantilados volcánicos dentados se elevan al fondo. La imagen despertó inmediatamente algo — el deseo de ir, sentir, representar.
Aunque Alecse aún no ha surfeado las olas de Kuata, esta isla está firmemente en la cima de su lista de deseos. Con su ubicación remota, naturaleza intacta y paleta onírica de azules y verdes, encarna todo lo que lo atrae del Pacífico: espacio abierto, geología pura y la promesa de soledad elemental. A través de su póster, explora el lugar no como un viajero pasado, sino como un intérprete visual — dejando que su imaginación complete el calor del sol, el aroma de la sal, el ritmo del océano.

El póster de viajes vintage de Kuata Island es una carta de amor a este sueño. La composición es serena y audaz: un solo bote en un vasto mar turquesa, con picos montañosos afilados que recortan el horizonte detrás. La mezcla de acuarela digital, grano de semitono y colores ligeramente desvaídos de Alecse le da a la impresión una calidad atemporal, casi cinematográfica. Se siente tanto presente como lejano — como si estuvieras mirando una escena que ha esperado solo por ti.
Dato curioso: Las Islas Yasawa estuvieron cerradas a visitantes externos durante la mayor parte del siglo XX, manteniendo sus ecosistemas y comunidades en gran medida intactos. Hoy, Kuata es accesible en bote desde Nadi, pero conserva su sensación de desconexión — un lugar donde el silencio aún reina y el tiempo se mueve con la marea.
Esta lámina de Fiji es más que una ventana al Pacífico Sur — es un retrato de un sueño aún no vivido y un tributo al poder de los paisajes que inspiran desde lejos.
Estos seis destinos son más que puntos en un mapa. Son capítulos en la vida de Alecse, momentos traducidos en textura, luz y tinta. Cada póster cuenta una historia única, y juntos forman un pasaporte vibrante a través del arte.
Estén atentos para más destacados de destinos en The Poster Chronicles.
Creado en julio de 2025 – Todos los diseños por Alecse, parte de la colección Artful Travels™. Disponible en tamaño postal y 8 tamaños de póster (hasta 5XL).